miércoles, 30 de junio de 2010

LA RIOJA, some like it hot...

calor, mucho calor...

Estimadísimos,

Mi viaje a La Rioja arrancó con traspiés e inconvenientes. Predomina en el norte la noción de que "oficina de informes" es un espacio al que uno va a informar... el intercambio es unilateral y la información la tiene que proveer el turista. Así, en la casilla de informes de la plaza principal de La Rioja me mandaron al Hospedaje de la Florida, lugar lúgubre y tenebroso donde sólo faltaban Hipólita y el astrólogo... salida de un cuento de Arlt una señora en pantuflas demandó curenta pesos por noche en un clima sofocante y opresivo de abandono. Volví a la plaza y las chicas de la oficina me dijeron que en la otra cuadra había un hostel pero que creían que estaba cerrado. Que fuera y me fijara... ellas me tenían los bolsos. Una escalera abandonada confirmó que ahí había cualquier cosa menos vida humana. Volví a la plaza y las chicas me dieron el teléfono de Carlos Lacier, el dueño del "hostel" para que lo llame... Carlos me dijo que tenía a dos personas y que por eso debía pasar a eso de las diez a abrirles la puerta para salir... treinta pesos la noche. dije sí. esperé hasta las once, acompañada por Sebastián, un puestero riojano que vendía desde alicates hasta bakugans. decidí irme al camping.

ahí estábamos yo, los perros y la música fuerte. volví a la ciudad, dejando mi carpa armada, y en el colectivo charlé con el inspector de turno. no lo quieren a menem. hizo menos que los kirchner. visité el museo sacro, una gran farsa para vender artesanías. el museo folklórico, donde uno de los empleados me explicó desde cómo se hace el vino patero hasta dónde se meten las brujas en la montaña; y el inca huasi, un cúmulo de resabios arqueológicos de lo más diverso que nadie sabe realmente a quién pertenecieron ni cuándo ni para qué... lo único que se me ocurrió al ver las pipas, tinajas, vasijas y demás elementos artísiticos fue que predomina entre los occidentales una clara tendencia a la involución...

huí de La Rioja a Chilecito, fui directamente al hostel que me habían recomendado en la "oficina de turismo" para descubrir que era en ralidad un hostAl y que setenta pesos era un poco mucho... José Luis me dejó al noche a cincuenta, porque es macanudo y no tenía a nadie más. Charlé mucho con él, me convidó vino espumante y ese mismo día visité una bodega, donde probé de todo y salí contenta; vi también la casa de descanso de joaquín V gónzaléz y un cable carril... todo rodeado de los más increíbles paisajes. encontré poco mochilero, pero cuando lo ves, lo identificás a kilómetros de distancia. el pelo, un instrumento, la ropa, la forma de andar... uno intercambia miradas y fluye en el aire un entendimiento mutuo que prescinde de palabras. hay una camaradería y conexión propias de colegas de un mismo rubro.

en la bodega, una pareja de cordobeses me hablaron del micro de línea que tomaron cuyo chofer, Ariel, era tan copado como para parar en los puntos más atractivos de la cuesta para tomar fotos... así que de ahí salí para la terminal y pregunté en ilontransporte, o algo así, cuándo salía Ariel para Villa Unión y al otro día me tomé el micro para ver la cuesta de miranda con Ariel, el chofer copado que te deja sacar foto.

ya en el micro interambié miradas con Ariel y al rato saqué mi cámara. Explícito mi talante de turista, más tarde me hizo señas para que me acercara adelante para tener una mejor visión y ahí le dije lo aclamado que era entre los mochileros sin plata para hacer excursiones. fuimos por un camino de ripio bordeando una cuesta, un precipio, rodeados por todo tipo de colores y paisajes. al sentarme adelante, lo vi a emiliano, el mochilero estereotípico que había cruzado minutos atrás en la ciudad. viajaba con su guitarra y un amplificador. oriundo de córdoba, iba por ahí cayendo en la casa de sus amigos artistas. bajó en un pueblito casi inexistente y yo seguí hasta villa unión. quedamos en vernos por catamarca...

ariel me dejó en la plaza y en una mini agencia de turismo me señalaron al dueño del hostel que llegaba en bicicleta. enrique me levó a su casa y me dejó acampar en su jardín por quince pesos. verbórragico, típico chrlatán medio chanta pero que en un contexto como la rioja no es más que un corderito...

por la noche subí a un mirador y tuve mi primera epifanía. un cielo increíble, un viñedo hacia un lado, el pueblo, diminuto hacia el otro. y lloré un rato.

a la noche me tomé una cervecita...

al otro día partí por la tarde a tomar un micro de línea que me dejara en talampaya por cinco pesos. después de la excursión exacerbadamente turística de ischigualasto, talampaya tenía que ser diferente. así que decidí mandarme a acampar a cielo abierto y ver si al día siguiente podía hacer un trekking. ahí conocí a patricio, el cuidador, y a esteban, un oriundo de salto con muy buen sentido del humor que disfrutaba viajar solo. a la noche se sumaron tres ñoños de química de la uba y cenamos todo juntos bajo las estrellas. truco, lluvia y mi carpa de sesenta pesos que se bancó todo... (excepto el viento catamarqueño de hoy, pero ese es otro capítulo). el cielo fue increíble. vi tantas estrellas fugaces que ya no sabía qué más pedir... pensé en una notebook, creo que me vendría bastante bien. al día siguiente descubrimos que la entidad privada que recibió la concesión del parque no les permite hacer uso de sus vehículos a la asociación independiente que ofrece los trekkings. entonces, es necesario encontrar a algún turista con auto que quiera hacer la misma caminata que uno para que lo acerque los doce kilómetros hasta donde empieza el camino... raro. pedí el libro de quejas.una parejita de rosarinos quería hacer la caminata... al otro día. sin nada que hacer ni una agenda que seguir, con esteban decidimos acampar un día más para hacer el famoso trekking al día siguiente...

fuimos hasta pangancillo a dedo para comprar lo necesario para un buen asado... esta noche no sería polenta el plato principal. nos llevaron unos cordobeses y ya en pangancillo, después de una siesta en un banco de plaza, caímos en la cuenta de que era domingo... luisito no tenía carne y no había nada más abierto. bah, sí, la despensa de Fuentes ofrecía pollo. así que fue pollo asado y dos vinos tintos sanjuaninos.

al otro día caminamos tres horas bajo el sol por una quebrada y vimos petroglifos (petro: piedra; glifo: grabado. después de escuchar quince veces la definición, una se la aprende...). volvimos sedientos y a las cuatro me despedí emotivamente de esteban y partí para la rioja.

llegué 19.25 para tomar el micro de 19.40 a fiambalá, catamarca... toda una odisea, pero lo logré.

ahora estoy viviendo catamarca. en estos días les mandaré un racconto... pienso mucho en qué contar y qué no. en cómo hacerlo para que se sienta la "esencia". es difícil transmitir lo que subyace detrás de la mera anécdota, detrás del dato concreto... me gustaría encontrar un ciber como la gente y poder bajar las fotos de cada una de las personas que nombro y lugares que visito, quizá junto con la narración hagan una imagen más cercana de lo que vivo día a día.

cada día logro relajarme un poquito más y dejar mis bolsos en cualquier lado, subirme en la camioneta de quien me ofrece un viaje y liberarme de la paranoia citadina... realmente es una metamorfosis que una vez completa no me va a dejar regresar a buenos aires. viviendo catamarca, lo que narro sobre la rioja es casi un chiste...

un abrazo grande

zof

pd: si no recibieron la emisión anterior manden la suma de $ 5 a Casilla Postal OK 45888,6 Voston

1 comentario:

  1. joder! jeje, recien empiezo por este capitulo, voy atrasado! k la sigas pasando lindo!

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