miércoles, 30 de junio de 2010

El hedonismo como estilo de vida o una semana con Sophie L'Amour

Piscina. Hamacas. Televisores de pantalla plana. Dos. Parrilla. Restaurant. The Dreamer Hostel es realmente el sueño realizado del viajero. Dos tanos, Fulvio y Michele, tras darse una vuelta por el mundo, acumulan necesidades insatisfechas a lo largo de su viaje y deciden abrir un hostel propio considerando cada una de sus carencias... Internet, películas, equipo de música junto al bar (al lado de la piscina), colchoneta inflable y flotadores, baños, con jabón y papel, tohallas, heladeras, cervezas para comprar (libres para los empleados...)... resultado: el gringo llega y no se va. Semanas se quedan. Llega un punto en que ni salen a conocer los alrededores (playas increíbles, bosque tropical, cascadas... para todos los gustos hay). Al mejor estilo de El Ángel Exterminador, la gente entra y no sale... Así fue como tras cuatro meses de viajar y deseos de asentarme por un tiempo me dije "a mí no me joden, yo hago lo mismo, pero con un beneficio..."Me quedé a "trabajar".

En la recepción, recibo gente, hago check ins y check outs, charlo con patri, brindo atención personalizada a los huéspedes que a mi criterio lo ameritan o me inspiran el esfuerzo extra y organizo el quilombo de los tanos... Me adoran. Sobrecalificada para el trabajo y percibiendo una remuneración mínima, tengo varias prerrogativas... Horarios flexibles, jugos por la mañana, uniforme a elección, asados, postres, pastas, acceso al restaurante y demás facilidades...
Como pancha por mi casa.

Hoy, por ejemplo, me dispongo a ir al mercado, el Once de Santa Marta, con Mileidys (sí, se llama así) mi compañera colombiana de trabajo. Pagamos 1000 la buseta y regateamos hasta la duración del semáforo. La última vez que fui con ella (la semana pasada) me vestí por catorce mangos...
Mileidys, como ya su nombre lo indica, es única. Colombiana y costeña de la cabeza a los pies, con sus 23 años, esposo e hijo, canturrea con un acento muy característico de la costa cómo trata a su hombre, "poque ese jombre e una magdalena" (le llora bastante parece); define el término "cazagringo" ("esa pelaa eh una cazagringo") y me acompaña a comprar zapatiias baratas. Para todo lo demás existe mastercard.

El jueves pasado fue el cumpleaños de Emma. Organicé una salida a la playa. Once gringos en un camión desvencijado. Los moto taxistas cual tiburones revoloteándonos en derredor. La playa, increíble. Los treinta de Emma, inolvidables. Por la noche, fue bartender. Daiquiri de Lulo, David's tablets y demás tragos de su invención merecieron un aplauso.

Al día siguiente Guillermo y Matías se mandaron un asado. Vino Santa Julia.

Luego llegaron Gerardo, Vicky, Ailén y Matías y tomé mate... E hicimos otro asado, esta vez, para treinta.

El fin de semana no trabajé (me lo merecía). Nos fuimos a una cascada con otros once y me convertí en una pseudo tour conductor. El domingo, tras levantarnos y desayunar, nos pareció buena idea meternos en la pileta a jugar un poco con la pelota y hacer una clase de acqua gym. Ya lo habíamos hecho el jueves, en Bahía Concha, pero siempre es bueno algo de ejercicio (es por eso también que ayer salí a dar una vuelta en bici...).Por la tarde, nos tomamos un café en Juan Valdez (aunque yo opté por un banana split) en el Buena Vista, un shopping de acá cerca. Nos acompañó Esther, la andaluza novia de Fulvio (y con la que fui a la playa el miércoles pasado, me llamó para invitarme, salí un rato antes y fui... qué le iba a decir?). Ahí entramos a ver vestidos de fiesta para Emma que tiene un casamiento... Y corroboramos que la cantidad de brillo por prenda no es proporcional con el estrato social, sino que es un fenómeno que se da a todo nivel, sin importar la clase social, en Colombia. En Julio, volveremos a esa tienda u otra, pera ya con la cámara y con Emma dispuesta a probarse un mínimo de tres vestidos.
Nunca me reí tanto como la semana pasada.

El viernes anterior, rumba. Anoche, poker y el ron que ganamos en la competencia a beneficio de una fundación en la que Abby es voluntaria (un cuestionario a responder en equipos. Dios, no sé nada de geografía).

Creo que el jueves me cansé del ocio. Necesitaba un poco de malestar tras tanta relajación, es por eso que intenté deprimirme. Sólo para recordar que la vida no fue ni habrá de ser diversión diaria. Compré un sin fin de golosinas y pasabocas y miré una película boluda, para cuando les di sus clases de español a David y Abby ya me había olvidado de que no era un buen día. Jugamos gallito ciego dando instrucciones en español... Creo que estoy dando mis mejores clases. En bikini y descalza, mi potencial creativo se libera. Búsqueda del tesoro, entrevistas, intercambios... Un sinfín de aventuras. Lástima que no me dejarían laburar así en empresas... Acá me pagan más, de todas formas, realmente no creo que vuelva a Buenos Aires a cumplir horarios en zapatos...

Básicamente, mis días se reducen a pasar la mañana con la compu, sin hacer mucho, y salir por la tarde o quedarme en la piscina nadando y leyendo para después dar algunas clases de español y organizar la actividad de la noche... Pensaba quedarme sólo Junio, hasta que a Emma le ofrecieron el laburo de bartender y cambió su pasaje a Europa para fines de Julio. Ahí me acordé de mi cumpleaños. Y de que Esther, la española increíblemente divertida, vuelve en Julio también y me dije "no tengo nada más que hacer...".

Así que The Dreamer Hostel va a tener recepcionista por dos meses más... Y Méjico me va a tener que esperar un rato...

Me esperan Panamá y Costa Rica antes.

Con cariño y sin ánimos de despertar envidia, los saluda

Sophie L'Amour
Hedonista Profesional

pd: adjunto fotografías.
pd2: en estos días podría bucear, no?

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