martes, 12 de junio de 2012

Couch surfing


Un facebook de viajeros, un sitio de citas, un invento revolucionario contra el individualismo imperante que devino en empresa... vaya uno a saber para qué realmente sirve la página.
La cosa es que, uno tiene lugar en su casa y así porque sí, de un día para el otro, recibe a un desconocido que anda pululando por el mundo y le da hospedaje.

Seguramente en pleno apogeo de la edad media todos aquellos que acogían forasteros a mitad de la noche nos mirarían con cara de "ufff, qué transgresores, descubrieron la pólvora". Pero hoy en día el concepto es difícil de procesar para más de uno.

Cuando trato de explicar de qué se trata el sitio. Hospedar a alguien en tu casa por el mero intercambio cultural, siempre me topo con "pero qué, te paga?". Creo que lo más difícil de digerir es qué gana el que está en su casa cómodo y calentito y así de la nada tiene que convivir y adaptarse a los ritmos de un desconocido... en su casa.

Sin embargo, no me sorprende que en Europa sea donde más se utiliza la página y más adeptos tenga... A veces te recibe el que viaja, porque estuvo en el lugar del que carga la mochila. A veces te recibe el que no tiene a nadie, ni nada mejor que hacer que esperar a que llegues.

Para nosotras el sitio es un delivery de personas. Cuando buscaba hospedaje, era una forma austera de viajar y la forma más fácil de tener una familia en Perú, si no la única. Ahora que recibimos gente, las necesidades son otras... y las exigencias también. "Mmmmm, quiero un negro de Camerún que hable tres idiomas" o alguien con quien practicar el inglés, o con quien jugar al truco.

Pero, ¿es seguro? ¿qué riesgos se corren? Siempre existe la posibilidad de que el llegue te caiga mal. En esos casos se puede sutilmente insinuar que la estadía va a forzosamente verse reducida o se puede hacer tripa corazón y mirar hacia el otro lado. De todas formas, el peor riesgo que se corre es que la gente te caiga bien. Es encariñarte con los desconocidos y acostumbrarse a que estén sus bolsos y zapatillas desparramados por la sala. Porque cuando uno viaja, el poder de decisión está en uno. Se está en control. Pero cuando uno recibe se está casi a la merced del otro. Acostumbrada a salirme de las vidas del resto... se me hace raro ahora quedarme en la puerta saludando.

1 comentario:

  1. Se me pianta un lagrimón conceptual (no es bueno moquear de gusto cuando una ya moquea de disgusto).
    Nunca lo había visto de esa manera. Podés también pensarlo de esta manera: pudiste conocer a la gente que te toca decir adiós. Pienso en Casablanca y en la semana de Rick y Elsa. Si tan sólo huibieran tenido una semana igual hubiera sido un hermoso sueño. Seguro, muchas veces vas a querer salir de ese estado Calderoniano y ver que despierta se materializa el sueño, y alguna vez quién te dice que no, pero al menos podés soñar. Y eso no es tan común como suena.

    ResponderEliminar