viernes, 3 de diciembre de 2010

Las vueltas de la vida...

Si tuviera que describir un viaje en términos de otra palabra, y si tuviera que elegir sólo una, creo que sería aprendizaje.
Embarcarse solo en una aventura de este tipo, ir en contra de la corriente y verse en medio de un mar de incertidumbres rompiendo con los esquemas de lo convencional y de lo que "debería estar haciendo con mi vida en un determinado momento", te deja completamente solo con vos mismo. Explorás día a día tus miedos, tus miserias todo eso que no querés ser, que creías que no eras, que te negabas a admitir y que te explota en la cara... porque no hay nadie más. Siempre estás vos y la carretera. Y la gente circunstancial que se aparece en el camino.

En mi caso, creí que a lo largo del viaje iba a pulir, trabajar y profundizar patologías ya detectadas. Este viaje fue, en mi ideal inconciente, el tratamiento a un diagnóstico dado e, inocentemente, creí que los síntomas ya no persistirían...
Hoy, casi once meses después de mi partida, me encuentro cometiendo los mismo errores que me impulsaron a salir. Me veo, entonces, obligada a buscar alguna diferencia, algo que me indique al menos levemente un cambio, una señal de crecimiento, de... superación.
Y lo único con lo que me topo es con mi discernimiento. Hoy por hoy, ya sé quién soy y ya sé quién puedo ser... Sé por qué lo hago y sé cuántas fuerzas necesito para reprimir ciertos impulsos. Pero creo que el aspecto, quizá, más positivo de mi aprendizaje es que puedo intentar enmendar mis errores. Que, quizá, ahora puedo darme cuenta a tiempo y volver atrás...

O tal vez no, y aún continúe meramente tropezando para algún día lograr ver la piedra...

1 comentario:

  1. "...Nothing ever goes away until it has taught us what we need to know."

    Pema Chödrön

    **Te extraño Che!!**

    ResponderEliminar